La práctica de yoga se ha extendido de una forma sorprendente en los últimos años y numerosos practicantes han comenzado a beneficiarse de las bondades de esta ciencia milenaria, pero, ¿qué es el yoga?. ¿Lo sabemos realmente?. ¿Somos conocedores de cuál es el fin del yoga?.
Haber llevado el yoga a esa popularidad ha permitido que muchas personas se hayan acercado a él, y esa es una buena noticia, pero, en muchos casos, por el camino se ha quedado la verdadera esencia.
La mayoría de las personas que se acercan al yoga, lo hacen con unas ideas ya predeterminadas que están lejos de lo que la práctica ofrece en realidad, de hecho, lo que conocen sobre el yoga es una mínima parte, el yoga físico, el hatha yoga. Debido a esta acepción, es cada vez más frecuente que en las consultas médicas se aconseje practicar yoga para mejorar dolencias físicas y, ciertamente, con la constancia en la asistencia a clases de forma continua, se consiguen efectos muy beneficiosos no sólo a nivel físico, sino también mental y emocional.
Pero esto es un efecto colateral, el equilibrio y sanación que nos aporta el yoga viene dado por el camino que hay que recorrer para llegar a su verdadero propósito.
Entonces, ¿Qué es el Yoga?
La palabra yoga significa unión, unidad y deriva de la palabra sánscrita yuj que significa unir.
Si hablamos del yoga físico, en primera instancia, unión por medio de las posturas (ásanas), en las que se potencia la integración cuerpo-mente. A través de la atención exploramos las sensaciones que nos llegan de nuestro cuerpo en cada postura.
Es un diálogo silencioso cuerpo-mente en el que la consciencia se funde con cada célula y nos escuchamos, y es en esa escucha en la que comenzamos a conocernos a través de lo más palpable, lo más evidente, a través de nuestra parte física.
Es el punto de inicio del descubrimiento de nuestro ser.
En una clase de yoga, la clave es la atención, es lo que diferencia esta práctica de otras y, si estamos totalmente atentos, podremos observar cómo se comporta nuestro cuerpo, qué cambia en su interior, cuáles son nuestras limitaciones tanto físicas como mentales y cómo nos enfrentamos a ellas, es decir, cuáles son nuestras actitudes ante cada postura, ante la clase, el profesor, los compañeros y, extrapolando, ante la vida en general.
Si observamos, atentamente, nos sorprenderá ver que, en el fondo, no nos conocemos, no sabemos cuál es el origen de nuestros conflictos ni para qué están ahí. Es con la práctica del yoga a través de la cual llegaremos a ese conocimiento.
Un conocimiento que se va haciendo cada vez más profundo, según avanzamos en la práctica, ya no sólo física, y nos vamos aproximando cada vez más a nuestra esencia.
Al conocer nuestras limitaciones, nos liberamos de ellas, pero liberarse no quiere decir deshacerse sino aceptarlas y convertirlas en herramientas para llegar al objetivo último de yoga que es sentir que en realidad somos parte de una conciencia universal, no comprenderlo sin más, sentirlo, sentir esa unión…yoga.
Todo esto, sin experiencia, son palabras vacías, por eso probemos, investiguemos, vivenciemos, para poder confirmar que lo que está escrito en los textos tradicionales es la verdad. Yoga