Oímos cada vez más estas dos palabras «Lo imprescindible…» Hay que salir lo imprescindible, hay que juntarse lo imprescindible, hay que viajar lo imprescindible, y el significado de ellas pierde cada vez más su sentido cuando lo ponemos en el contexto de lo que estamos viviendo actualmente.
En teoría significa “aquello de lo que no puedes prescindir”, pero el criterio a seguir está en continuo cambio y la decisión personal se va acotando cada vez más.
¿Qué es para ti lo imprescindible en tu vida?
Aquí entran muchos valores que dependerán del lugar en el que hayas nacido, la familia en la que hayas crecido, la sociedad en la que te hayas educado… y todo esto teñido de la ética que, en cada momento, con cada paradigma, esté aceptada.
Nos movemos por el instinto de supervivencia que, en los momentos en los que nos sentimos amenazados, se agudiza, y tratamos de sentirnos seguros y protegidos sobre lo que se supone que amenaza nuestra integridad física.
Pero ¿y nuestra integridad emocional? Esta se ve también amenazada, tanto más cuanto mayor sea el grado de desconsuelo y aislamiento al que nos somete la situación que queremos evitar.
Y aquí se plantea un conflicto porque, en esta dicotomía, no sabes qué tiene mayor peso, ni si existe alguna línea que separe estas dos partes indivisibles de ti mismo, para poder sanar una sin ver a la otra perjudicada.
Por suerte, la vida siempre nos pone delante aquello que necesitamos, y no ha sido por casualidad que nos haya sido ofrecida esta oportunidad de parar, de observar desde la calma la vida que llevamos y los pasos que damos en ella.
¿De qué te has dado cuenta sobre ti en estos dos últimos años?
Los valores que fuiste perdiendo por el camino, los recuperaste, en parte, cuando tuviste esos momentos en los que todo pasaba por delante de ti desde la perspectiva del no hacer, pero al volver a la actividad de nuevo, en poco tiempo volviste a perder esa intención de no dejarlos en el olvido. La dirección de la mirada hacia lo que de verdad crees importante se desvaneció ante la necesidad de volver a responder a todos los requerimientos de la vida, de tu entorno, y volviste a considerarlo “prescindible”…
Ciertamente, la urgencia de las obligaciones que has adquirido al estar en una posición ante el mundo que te rodea, te demanda vivir continuamente dando respuesta a cada situación. Sea cual sea ese posicionamiento en tu entorno familiar, de padre, de hijo…, en tu entorno laboral, en tu entorno
social, se ha creado a tu alrededor una serie de exigencias que no puedes obviar .
Llegados a este punto, quizás puedas interpretar que estás incluso peor que antes, porque hasta ahora te dejabas llevar por la corriente de esta exigencia sin saber lo que te estabas perdiendo, o al menos sin ser consciente de la profundidad y la importancia de lo que estabas obviando.
De vez en cuando se presentaba una situación que te recordaba la fragilidad del equilibrio vital del ser humano, y entre suspiros de condescendencia, comentabas con todos los que sostienen tu ritmo de vida, que pronto llegaría el momento de reconsiderar las prioridades, un momento que nunca llegaba…porque considerabas que tampoco era imprescindible.
Pero ahora algo ha cambiado, ahora cuando te vienen esas situaciones, cuando lees sobre las consecuencias mentales y emocionales que está generando la vivencia de estos últimos años, o más aún, cuando escuchas que una persona, cercana o no, ha perdido la ilusión por la vida, no ha podido soportar el peso de esa losa de su existencia mundana, algo en tu interior grita…lo sabía, el mundo no puede seguir así, yo no puedo seguir formando parte de esta gigantesca rueda porque ya no puedo ampararme en la ignorancia, ahora sé, aunque sólo tenga una minúscula idea, que estoy dejando de atender a lo que verdaderamente es imprescindible.
Han salido cientos de estudios que analizan las secuelas del miedo, las restricciones, el estado continuo de alerta al que estamos sometidos y que normalizamos para no desfallecer, datos que desalientan, pero cuando todo parece caótico, entre toda esa tormenta de sensaciones contradictorias, es donde realmente se encuentra la clave.
¿Te has preguntado para qué te has hecho consciente de esos valores vitales que antes obviabas? ¿Cómo puedes darles prioridad?
Parece complicado, pero no lo es, porque no es necesario dejar de hacer lo que haces, de vivir como vives, de ser como eres, eso está bien, son las experiencias que van dibujando tu camino, simplemente tienes que aprender a observarlo todo desde la calma.
Si te estás preguntando cómo hacerlo, no te preocupes por eso, la vida te va ofreciendo la forma de hacerlo.
Desde este punto de vista, todo lo que está pasando cobra sentido, primero obligarnos a parar, ponernos en situaciones extremas para que salga lo que hay dentro, enfrentarnos a nuestra forma de reaccionar, y después reanudar la marcha, con esa información, de forma más o menos incómoda, pero diferente…
Todo te ha ido llevando a recolocarte desde la experiencia de haber sentido tu interior, de haberte observado, de haber observado la vida, a los demás, que son aspectos de ti mismo porque no los ves como son sino según tu percepción desde el prisma con el que ves el mundo. En realidad, ese mundo que conocías no era tal, hay mucho más y de repente se te abre ese otro mundo desconocido hasta ahora, en el que comienzas a descubrirte, y empiezas a darte cuenta de que algo ha cambiado en ti cuando aprecias esa inquietud que te hace interesarte por prácticas que te lleven a la calma, sin saber muy bien por qué.
Sigue tu instinto, aprovecha esta oportunidad que te ha dado la vida al crear el escenario ideal para que por fin des ese paso y, cuando lo hayas dado, no lo dejes, persevera, profundiza…comienza a considerarlo IMPRESCINDIBLE, porque algo en tu interior sabe que lo es.
Enlaces de interés:
Consecuencias mentales y emocionales: La pandemia dispara los casos de depresión y ansiedad en todo el mundo | Salud Mental 360 (som360.org)
– Estudios: Salud mental: España, en terapia | Sociedad | EL PAÍS (elpais.com)
– Calma: Taller de Iniciación a la Meditación – Kaula Yoga
– Prácticas: Taller de Yoga Nidra – Kaula Yoga
